La visita

En realidad esta historia no la escribí yo sino alguien a la que yo quiero mucho, ella me la envió y les juro que me encanto, por eso la comparto con ustedes gracias IVETTE.

Recuerdas que el otro dia te comentaba que estaba imaginando alguna situación, pues bien aquí te la voy a describir para ver que te parece, ojala te guste y lo disfrutes.

Pues resulta de que algún día tengo la dicha de que vengas a visitarme al df y cuando me llamas y me dices que ya estas instalada en un hotel, tan pronto salgo de la oficina, voy a toda velocidad a mi casa a cambiarme SOLO PARA TI, ese día me pongo un vestido que compre pensando en ti, el cual es pegadísimo, con toda la espalda descubierta y una apertura que va desde el tobillo hasta la parte mas alta del muslo y abajo del mismo solo llevaba unas gotas de perfume.

Cuando llegue a tu hotel, ya estabas esperándome en tu habitación con un conjunto negro con el cual te ves simplemente deliciosa, nos dimos un besito muy tierno en los labios y un abrazo a través del cual hice que sintieras mis senos listos y dispuestos para lo que tu quisieras, te pregunte a donde querías ir a cenar, pero me dijiste que habías pensado que seria mejor que pidiéramos algo en la habitación y así lo hicimos, nos prepararon una mesita que mas tarde nos encargamos nosotras mismas de decorar con velas, la cena consistía en una deliciosa langosta y un par de botellas de champagne que estaban ya mas que frías.

Apagamos las luces, ambas nos descalzamos y pusimos algo de música para comenzar la cena, pues ambas teníamos ganas de comer, cosa que hicimos en unos segundos no sin antes brindar por la dicha de tenerte a mi lado y de conocer a una mujer tan hermosa como lo eres tu, y después nos fuimos a la sala desde la cual teníamos una bellísima vista de toda la ciudad y la única luz era la que entraba de la luna en ese momento y aprovechando el efecto que ya nos había hecho la primera botella de champagne en las dos te tome suavemente de la cara acercándote a mi cara y deposite en tus labios un beso ya cargado de pasión al cual respondiste y pronto estabamos ya probándonos nuestras lenguas que traviesas intentaban llegar hasta el mas escondido rincón de nuestras bocas mientras mis manos comenzaron a explorar tu cuerpo y fueron directamente a tus senos, para mi sorpresa y delicia no llevabas sostén igual que yo y te comencé primero a masajeártelos y después te daba unos pequeńos pellizcos que estaban logrando que me fuera mojando de una manera deliciosa y tu tampoco estabas quieta y con agrado descubriste mi ausencia de ropa interior, pues tu mano fue directamente a la apertura de mi vestido, luego del beso que te había dado ahora fui a tu oreja, mas tarde a tu cuello y llegue a tus hombros mientras comenzaba a levantarte tu blusa para quitártela y que no lo hubiera logrado sin tu ayuda, quedando ante mi un par de tetas hermosas, y en cuanto las tuve ante mis ojos me metí una a la boca logrando que tus pezones endurecieran y crecieran bastante, los fui alternando y mientras uno quedaba fuera de mi boca lo sustituya con mis dedos, de igual manera te acariciaba tus nalgas sobre la tela de tu falda sintiendo que tampoco llevabas ni siquiera una tanguita ni nada parecido y seguí besando todo tu estomago hasta que te lleve a un sillón y como tu falda se levantara un poco fui besando desde tus dedos, uno a uno, subiendo por tus pantorrillas, tus rodillas, tus muslos hasta llegar a la parte interior de tus muslos, los cuales abriste y a mi me encanto pues tu almejita ya despedía un aroma riquísimo, que me decía que ya habías tenido un orgasmo, y por fin llegue a tu conchita que estaba muy calientita, no tenias un solo pelito y comencé a besarte tus labios primero, luego te los abrí y me encontré con el sabor sensacional de tus juguitos y el mas preciado de los tesoros tu clítoris que cuando lo toque con la punta de mi lengua hizo que tu cuerpo se estremeciera de pies a cabeza regalándome un orgasmo sensacional, después te metí la lengua lo mas que podía en tu vagina al tiempo que te acariciaba tu culito con mis dedos, al principio se resistía, pero ya luego se acostumbro a mi tacto, también te metí dos dedos en tu vagina llegando a tu punto g y con mi boca sobre tu clítoris logre que te vinieras de nueva cuenta oprimiendo mi cabeza con tus manos como queriendo que me metiera lo mas profundo en ti y bajando un poco mas ahora mi inquieta lengua fue directo a tu bellísimo culito, el cual se escondía entre las mas bellas nalgas que hubiera visto jamas, abriéndolas un poco quedo rendido ante mi y ya cuando estuvo bien lubricado y un tanto dilatado fui metiendote un dedo, poco a poco, pues me decías que era lo primero que te entraba por ese lugar y fui lo mas delicada posible, para que mi dedo pudiera entrar completo tardo casi veinte minutos, pues no quería lastimarte ni nada parecido y cuando estuvo adentro completamente te movías de una manera excelente que tuve que pedirte que me metieras un par de dedos en mi rajita para llegar a alcanzar un orgasmo prolongado, sentido y hermoso.

Disfrutando aun de nuestras venidas, me dijiste que tenias sed y fui por la otra botella de champagne que aun nos esperaba y llene las copas, te di la tuya, solo que a mi se me ocurrió tomarla de manera distinta y te la derrame en tu busto y la fui chupando decidida a no perder una sola gota, y finalmente termine bebiendo de tu almejita hermosa y sabrosa, fue la mejor copa de champagne que he tomado en toda mi vida.

También teníamos un poco de helado y como yo seguía muy caliente decidí tomar un poco, tu estabas cansadita por el enorme viaje y el sueńo estaba venciéndote, cuando fui abriendo tus piernas y te bese de nuevo tu clítoris y cuando estabas a punto de tener otro orgasmo puse un poco de helado y el contacto tan salvaje del hielo sobre ese botoncito que tanto placer nos brinda que te veniste de una manera que gritaste de una manera espectacular, mas tarde me pediste que te abrazara y nos quedamos dormidas.