Sorpresa

Cuando la secretaria de mi esposo me dijo que el se encontraba en una reunión y que esta demoraría por lo menos una hora mas me dio un poco de pena, pero igual preferí esperarlo, me senté en los cómodos sillones habilitados para esperar mientras miraba la secretaria de mi esposo, esta era una chica realmente hermosa, sus ojos claros eran como dos perlas y su cabellera corta la hacían parecer una chica muy interesante, mientras ojeaba una revista podía perfectamente observar sus movimientos, al parecer era una buena secretaria pues se notaba que sabia hacer su trabajo, por lo menos el de secretaria, pero había algo en ella que me traía con la duda desde hace algún tiempo, pues a mi esposo siempre le a gustado que sus secretarias sean muy amables con el, yo estaba acostumbrada a escuchar a mi esposo decir lo bien que trabajaban sus secretarias, y hacer muy buenos comentarios sobre su desempeńo, por lo menos con la anterior llegaba todos los días, haciéndome comentarios sobre lo buena secretaria que era, hasta que la sorprendió en su oficina haciendo el amor sobre su escritorio con el chico de los mensajes, pero en el caso de esta era distinto la chica llevaba casi dos meses trabajando con el y durante ese tiempo no me había hecho ningún comentario sobre su desempeńo, a pesar de que la chica no era casada, lo que quería decir que el aún no había podido disfrutar de los placeres y la atención personalizada de esta chica, realmente me sorprendía mucho eso pues esta chica era realmente atractiva, mientras la miraba de reojo por encima de la revista podía ver perfectamente esas piernas casi perfectas, y como seguramente los sillones estaban instalados pensando en recibir visitantes hombres, era posible ver en algunos movimientos de la secretaria sus muslos, ellas podían controlar todo desde su escritorio, incluso la forma de entretener a las personas que esperaban a que alguien los atendiera, pues para un hombre debe ser muy agradable poder ver las piernas de esas chicas y ellas podían disfrutar sabiendo que eran observadas por las personas que estaban sentadas frente a ellas, lo que hacia que en algunas ocasiones premiaran la espera con una buena muestra de muslos y sin duda en mas de alguna ocasión mucho mas que los muslos, de repente podía ver como la chica me miraba como tratando de buscarme algo de conversación pero al ver que yo estaba entusiasmada con la revista no se atrevía a decirme nada, en un momento deje la revista en la pequeńa mesita y me acomode en el sillón, entonces ella empezó a tratar de establecer una conversación conmigo, hablamos de muchas cosas, pero ahora yo podía ver como la chica tal vez inconscientemente cruzaba sus piernas y por momentos las separaba dejando ver unos diminutos calzones de color blanco, los míos también eran blancos, pero yo los usaba así porque mi afición al exhibicionismo me había enseńado que así era mas fácil distinguir los calzones de una mujer cuando en algún Púb. o lugar publico quería llamar la atención de algún muchacho, la chica me miraba aparentando estar muy interesada en lo que hablábamos pero había algo en su mirada que me parecía un poco extrańo, de pronto pode notar como la chica, seguramente por la confianza de estar frente a una mujer tenía sus piernas separadas, se podían notar perfectamente sus blancos calzones y como algunos de sus pelitos se escapaban por los lados.

Ya me estaba empezando a aburrir de la conversación así que le dije a la chica que mejor esperaría a mi esposo en su oficina, la chica no puso ningún problema, pero si algo que se podría tal vez definir como pena pude notar en su rostro, pero no me llamo mucho la atención, seguramente la pobre chica no tiene muchas personas con quienes conversar mientras esta en la oficina, lo que no creo que sea cierto pues a una chica tan atractiva como ella deben ser muchos los hombres que deben tratar de mantener conversación

Me instale en el escritorio de mi esposo y de inmediato prendí su computador, pues mi intención era poder navegar un rato por Internet mientras el terminaba su reunión, aunque ya poco me importaba que el terminara su reunión pues el motivo de mi visita ya había terminado, ya habían pasado las ganas de estar con el haciendo el amor en su oficina, la conversación con su secretaria y el tiempo que había estado esperando habían terminado con las tremendas ganas que traía de tener sexo.

Todo había empezado un par de horas antes cuando con la intención de comprar un par de zapatos entre a una tienda, me encontraba viendo algunos modelos de zapatos cuando sentí una voz a mi espalda que me preguntaba si necesitaba alguna ayuda, cuando me di vuelta para responder a tan agradable voz casi me fui de espalda, el muchacho que me atendió era un moreno de unos 20 ańos, un poco mas alto que mi, y un físico excelente como para una despedida de soltera, se acerco a mi y tomo uno de lo modelos de zapatos que antes había tenido en mis manos y me pregunto si deseaba probármelos, aun hipnotizada por la impresión que me había provocado el muchacho, le dije que si, pero mi intención era otra, el ya me había provocado a mi una buena impresión y ahora era mi turno de provocar en el una sensación parecida a la que el había causado en mi, la zapatería se encontraba prácticamente vacía así que no tendría ningún problema en llevar a cabo mi juego y poder hacer que el muchacho pasara un inolvidable momento, el permaneció de pie mientras yo me senté para probarme los zapatos, podría imaginar la cara de satisfacción del pobre , cuando al agacharme pudo ver bajo mi blusa como mis pechos gozaban de absoluta libertad, yo le mire de reojo hacia arriba sabiendo claramente donde estaban apuntado sus ojos color marrón, y con una picara sonrisa le pregunte si me podría ayudar con mis zapatos, el chico tartamudeo al principio pero en un par de segundos estaba hincado a mis pies ayudándome con los zapatos, cuando termino de ponérmelos me puse de pie y le dije que permaneciera en su posición para que me indicara que tal se veían los zapatos, el permaneció en el piso mientras yo di un par de pasos y luego di una vuelta muy sexy, el pobre miraba con la boca a medio cerrar, luego volví a sentarme para preguntarle que tal me quedaban los zapatos, el me dijo que «estaban muy bien, que eran muy hermosos pero que una belleza como la mía opacaba la de cualquier zapato», estaba tan acostumbrada a los vulgares y hasta groseros piropos de los hombres en la calle que las palabras de aquel vendedor habían hecho que mi cara se sonrojara y no pudiera decir nada mas, esos segundos de silencios fueron interrumpidos por la voz del muchacho cuando me pregunto si deseaba algo mas, algo dentro de mi me decía claramente lo que deseaba de aquel hombre que segundos antes había logrado sonrojarme, pero tenia que mantener la compostura, si esto hubiera sido una discoteca ya estaríamos en algún lugar apartado haciendo lo que ustedes perfectamente saben, le dije que me interesaba ver algún modelo de botín, el se levantó y en un par de minutos estaba de nuevo hincado a mis pies con un par de botines de color negro, sin que le dijera ninguna palabra el tomo mi pie y puso el primero de los botines en mi pie, apenas sentí como sus manos tocaban mi pierna una especie de electricidad recorrió mi cuerpo, ya no había ninguna duda, yo deseaba que esas manos tocaran el resto de mi cuerpo, pero no podía ser posible, así que decidí que todo pasara como por casualidad, cuando puso el segundo de los botines en mi pie, yo ya estaba decidida a hacer disfrutar al muchacho de su venta, así que separe un poco mis piernas para que el pudiera ver mis blancos calzones, la verdad es que me sentí muy arrepentida de llevar calzones esa día, sin duda hubiera sido un verdadero acierto si hubiera salido a la calle sin ropa interior, pero de todas formas había retomado mi papel de seductora y nuevamente estaba el con su boca a medio cerrar mirando mi entrepierna, el chico quedo mudo unos instantes mientras si vista se perdía entre mis piernas seguramente tratando de adivinar lo que ocultaban esos blancos calzones, ahora era yo quien interrumpía su silencio para preguntar si tenia algún otro modelo de zapato que mostrarme, pero la forma en que lo pregunte creo que le sorprendió y le dio la oportunidad de tomar nuevamente la iniciativa pues en cuanto le dije «tiene algo mas que mostrarme «, el me miro y con una sonrisa contesto «mejor que lo que usted me ha mostrado, no creo que pueda», entonces yo haciéndome la ingenua le pedí que me mostrara una botas largas hasta un poco mas arriba de la rodilla, el salió y en un par de minutos estaba de nuevo frente a mi, con unas hermosas botas de cuero de color café, no fue necesario que le pidiera ayuda par ponérmelas pues el de inmediato se hinco frente a mi y metió las botas en mis pies, de nuevo podía sentir el roce de sus manos con mi pierna y también podía notar mi sexo se estaba humedeciendo a medida que el suavemente recorría cada centímetro de mi pierna hasta acomodar la bota, luego siguió con la otra pero esta vez mucho mas despacio que la vez anterior, el recorría nuevamente mi pierna mientras subía la bota, pero esta vez decididamente pasaba su mano por mi pierna, yo separe mis piernas un poco y el de inmediato comprendió que yo estaba dispuesta a mucho mas que sentir su mano en mi pierna, así que cuando llego al final de la bota siguió deslizando su mano por la parte interior de mis muslos hasta llegar a rozar suavemente mi calzón con la yema de sus dedos, y luego bajar por la parte interna de mi otra pierna, hubiera estado toda la tarde probándome zapatos y ya estaba a punto de preguntar al muchacho a que hora saldría del trabajo para que saliéramos a tomar algún trago, pero su jefe interrumpió de repente para pedirle que fuera a la bodega a buscar unas cajas con zapatos y que no se preocupara por mi que el terminaría de atenderme, el pobre solo tuvo que resignarse a la idea de partir a la bodega a buscar esas cajas con zapatos, pero antes yo le pedí que terminara de atenderme y que llevaría los botines a pesar de que me habían gustado mucho las botas del final pero que seguramente a mi esposo no le agradarían, al oírme decir esto el muchacho solo sonrió mientras envolvía los botines, luego le di las gracias, y el con su picara sonrisa me dio las gracias a mi.

Despues de esto solo tenia ganas de tener sexo, e imaginar que era aquel muchacho de la zapatería quien me hacia disfrutar, así que me dirigí inmediatamente ala oficina de mi esposo, pesaba sorprenderlo con una buena dosis de sexo sobre su escritorio como ya antes lo habíamos hecho, mis pezones ya parecía que reventaban y ya imaginaba la mancha de humedad que traería en mi calzón, hasta que llegue a la oficina y me encontré con la sorpresa de que el estaba en una reunión.

Cuando me senté a recordar lo que pocos minutos antes había ocurrido en la zapatería mi cuerpo volvió a cargarse de ese deseo de tener sexo, pero como mi esposo estaba aún en esa reunión no sabia cuanto se demoraría en venir a su oficina, nuevamente mi sexo empezó a humedecerse y yo baje mi mano y la deslice por mi pierna hasta llegara a mi calzón, mi intención era solo comprobar si este se encontraba húmedo, pero cuando sentí el roce de mis dedos mi excitación aumento nuevamente, así que no me tomo mucho tiempo pensar cual seria mi próximo paso, ya que nadie podría entrar a la oficina sin la autorización de la secretaria si no era mi esposo, decidí satisfacer personalmente mis deseos sexuales, así que me decidí a masturbarme en la oficina, rápidamente me quite el calzón, y lo metí en mi cartera, luego levante una de mis piernas y la puse sobre el escritorio, mientras dejaba caer mi cabeza en el respaldo de la silla, la posición que había tomado era la misma que una vez tome cuando quede sola en la oficina con uno de los socios de mi esposo, claro que esa vez no era mi mano sino que su cabeza la que se metía entre mis piernas, cerré mis ojos y comence a tocar mi sexo, jugaba con mis pelitos imaginando que era el chico de la zapatería quien se entretenía con mi sexo, seguía con mis ojos cerrados mientras mi otra mano se metía entre mi blusa buscando mis pechos y luego pellizcando mis pezones, estaba entregada totalmente al placer que me estaba brindando a mi misma que ya estaba emitiendo pequeńos gemidos de placer, me estaba masturbando con la imagen del muchacho de la zapatería, cuando la imagen de la secretaria de mi esposo volvió a mi mente, y me excito aun mas el saber que la visión que yo había tenido de sus calzones era la misma que aquel afortunado vendedor había tenido de mi intimidad, me encontraba tan concentrada en lo que estaba haciendo que no me di cuenta de la entrada de la secretaria en la oficina, y menos aún me di cuenta que ella estaba parada detrás de mi viendo como yo con mis ojos cerrados estaba masturbándome, hasta que un suspiro me obligo a abrir los ojos para saber quien seria la persona que lo había emitido, al principio me sorprendió verla ahí parada detrás de mi asiento con su mano metida dentro de su blusa, y trate de ponerme de pie, pero ella me tomo de los hombros y me pidió que no parara, y que si no me molestaba que ella me ayudara en lo que estaba haciendo, para felicidad de ella y mía mi respuesta no fue una negativa, sino una invitación a disfrutar junto conmigo, solo le pregunte cual seria nuestra excusa si mi esposo nos sorprendía, pero ella me dijo que no me preocupara pues después de la reunión habían salido todos a terreno y no regresarían hasta unas tres horas mas, la chica se acercó a mi y abrió los botones de mi blusa, como ya antes había tenido relaciones de este tipo con mi amiga Blanca sabia perfectamente lo que tenia que hacer así que tome su cabeza y la acerqué a mi para depositar un beso en sus labios, la chica entonces se subió encima mío y nos empezamos a besar mientras nos quitábamos la parte superior de nuestras ropas, las dos estábamos excitadísimas al sentir como nuestros pechos se juntaban, nuestros pezones estaban durísimos y nuestras bocas no tenían ni la menor intención de separarse, luego ella me tomo de la mano y me llevo al sillón de la oficina, me sentó con la piernas abiertas y metió su cabeza en mi entrepierna, yo gemía y apretaba mis labios, pues estaba por tener mi primer orgasmo de la tarde, este llego haciendo latir mi sexo, al mismo tempo que ella mordía mi clítoris y pellizcaba mis pezones, luego subió refregando su cuerpo con el mío y nos seguimos besando mientras yo metía mis dedos en su conchita que también estaba ya bastante húmeda, mis dedos entraban y salían de su sexo mientras ella coordinadamente con mis dedos emita gemidos mientras nos besábamos, de pronto sentí como mis dedos recibían el producto del orgasmo de la chica, luego ella se deslizo por mi cuerpo hasta quedar nuevamente frente a mi sexo, pero esta vez no fue su lengua ni sus dedos lo que metió en mi sexo, parecía que ella tenia suficiente experiencia con chicas pues sabia perfectamente lo que tenia que hacer, y no voy a negar que me sorprendió con lo que hizo, ella separo mi piernas y cuándo yo me preparaba para sentir sus dedos o su lengua en mi sexo, ella puso uno de sus pechos en mi sexo y comenzó a masturbarme con su pezón, realmente fue una sensación nueva la que estaba sintiendo esa tarde y yo que creía que de sexo ya lo había probado casi todo, ahora estaba agregando una nueva experiencia a mi larga lista.

La chica continuo pasando su pecho por mi sexo mientras yo me retorcía, cerraba los ojos y me agarraba firme al respaldo del sillón, hasta que un gran orgasmo me indico que mis deseos sexuales habían sido satisfechos plenamente.

La chica acerco su rostro a mi y con un beso en los labios me agradeció los gratos momentos que habíamos pasado, yo le respondí su beso con otro mas y también las gracias de mi parte, luego nos miramos un momento, en silencio nos acariciamos los cabellos y los rostros por un par de minutos y luego nos vestimos, yo me quede en la oficina y ella volvió a su escritorio, luego de unos minutos regreso con una taza de café.

Le pedí que si no interfería con su trabajo se podría quedar conversando conmigo un rato y la muchacha acepto hacerme compańía mientras me tomaba el café, así mientras conversábamos me entere de que en realidad tenia sexo con mujeres porque desde nińa solo había estudiado en colegios de nińas y luego se dedico solo a terminar sus estudios de secretariado pero cuando despertó su interés sexual, lo único que tenia era a su hermana para que le enseńara pues ya era demasiado tarde para intentar tener alguna aventura con un hombre y demostrar que no tenia ninguna experiencia, además de no poder imaginar lo que sentiría cuando algún hombre la penetrara, y le incomodaba mucho pensar que se reirían de ella por ser aun virgen.

Me confeso así que en realidad no era lesbiana pero que era la única alternativa hasta ahora de tener sexo, aparte de masturbarse ella misma, entonces le dije que no se preocupara que yo trataría de ayudarla, pero no encontraba el modo de hacerlo, pues como no existen prostibulos para mujeres era muy difícil enseńarle a una chica ese tipo de cosas, entonces vino a mi mente una posibilidad que les agradaría a todos los participantes, me acorde de mi esposo y de que para el no estaría nada de mal el tener sexo con dos mujeres al mismo tiempo, pero necesitaba que fuera una sorpresa para la chica y para mi esposo.

Cuando termine mi café me puse de pie, tome la cartera y le di las gracias ala la chica por todo, ella me miro sorprendida y me pregunto si ya no esperaría mas a mi esposo, yo la mire y le dije que ya no había necesidad pues ella misma había solucionado el problema que me había hecho venir a la oficina, así que me acerque a ella y me despedí con un beso en cada mejilla, luego nos miramos un par de segundos y deje caer mi ultimo beso en sus labios