La conocí en el Box

Mi nombre es Seth y me dedico a modelar, a pesar de las dietas y ejercicios el alcohol siempre hace que el lavadero sea difícil de mantener, así que decidí entrenar Boxeo, por su puesto sólo los movimientos para definir mis músculos sin que me lastimaran ya que vivía de mi apariencia, durante un tiempo, asistí a clases sin resultados muy notorios ya que lo hacia en lugares muy costoso y con empleados ejecutivos y amas de casa que querían bajar de peso, así que decidí ir al barrio donde se hacen los boxeadores.

Cuando estuve ahí y le explique al entrenador lo que yo buscaba se río de mi me dijo que era una mariquita francesa, le dijo a todo el mundo lo que quería, yo no me inmute, seguí con la cara seria y espere que contestara accedió sólo después que le dije que le pagaría el doble, luego me presento a una chica morena de enormes ojos negros con una cicatriz en una ceja que para nada le restaba belleza, la nariz recta y afilada me hizo preguntarme si era producto de una ruptura y una cirugía estética o si de verdad era de ella, la mire de arriba abajo llevaba un pants adherido a la piel que dejaba ver que el boxeo no seria el único deporte, puesto que tenia unas enormes piernas lindas y largas que terminaban en enormes largas, la sudadera recortada de deportista dejaba ver que su abdomen era de roca con algunos cuadros laterales bien marcados y uno senos durísimos que también había logrado con el boxeo, cuando regrese su mirada a su rostro me miraba con enojo y me dijo –mis labios están aquí nena- me sonroje y pregunte cual era su papel, al parecer era la “sparring” es decir un especie de boxeador con quien siempre entrenan fuerte los que van a competir, es decir como un costal viviente que también da golpes.

Cundo me dijo eso apenas entendía el termino pero me dieron intrusiones huecas de cómo poner las manos y como “bailar” en el ring mientras me ponían guantes y me subían con ella, al verla venir hacia mi le dije –espera- y me dirigí al entrenador diciéndole que no era justo, ya que yo era más fuerte que ella y que aunque nunca había entrenado boxeo sí hacia ejercicio y que no me costaría trabajo pelear con ella, escuche carcajadas al unísono y el entrenador me miraba riendo también.

Cuando regrese la mirada ella me dio un pequeño golpe en la frente que me despertó, supe que lo que tenía que hacer, darle su merecido a esa hermosura para poder empezar a entrenar sin tonterías, acto segado adopte la posición y sentí que algo se movió en mí, me había conectado un derechazo durísimo que me movió las ideas, levante las manos y me cubrí el rostro cuando sentí que el aire de mis pulmones me abandonaba, debido a los golpes que llegaban de todas partes entre lo que recuerdo fue que todos reían y al bajar las manos desfallecido estaba apunto de pedir clemencia cuando sentí su puño en mi cara y trate sin darme cuenta de defenderme, ahora fui yo quien impactó su puño en la mandíbula causando abundante sangrado del labio pero no le moví ni un pelo, ella preciso nuevamente el estomago y el pómulo esta vez trate sin éxito a la cara, no podía ya ver así que opté por envestirla de un solo golpe.
Cuando eche mi cuerpo hacia delante por el derechazo se puso junto a mí y con un jab al costado me envió a la lona haciendo que mi peso me ganara y caí al frente, el dolor en el vientre enviaron a mis manos al estomago así que al caer no me detuve con otra cosa que la cara, ella haciendo uso de su gracia miro como había quedado empinado ofreciéndole las nalgas, ella bajo mi pants dejando mis nalgas al aire y para cobrar la afrenta que le hice, ante la mirada de todos me dio tremendas nalgadas con la mano desnuda que me dejaron marcada su mano.

Durante varios minutos estuve en igual posición sin levantarme lo se por que podía sentir la sangre escurrir hacia los ojos, al fin perdí el sentido y desperté en el piso junto al ring me ardia la nalga aún y el orgullo. El entrenador me dijo que no podía entrenarme por que era demasiado “nena”, pero me permitió si quería seguir yendo al gimnasio usar las instalaciones, opte por no discutir y me levante adolorido, la chica se acerco y me dijo que ella me entrenaría.
Me sorprendí ya que minutos antes se notaba en la mirada su desprecio aún cuando ni siquiera había hablado con el entrenador, – no te sorprendas lo hago para que les partas la cara-dijo señalando a su alrededor, miré y algunos le habían estado haciendo burla por la herida que le cause en el labio que no dejaba de sangrar y que habia dejado huella en la ropas.

Durante muchos días hice lo que decía al pie de la letra, había alcanzado de todos modos la plenitud fisica y podía nuevamente hacer gala de pasarelas pero decidí seguir por algo que me empujó a probar mis limites, durante horas y horas la veía sudar y mojar el pants de pies a cabeza lo que me hacia excitar muchísimo, no me atrevía invitarla a salir pero era evidente que me obsesionaba esa mujer, me era iressitible dejar de ver como rebotaban sus tetas cuando brincaba la cuerda y la manera de caminar a pesar de ser un gym el contoneo de sus nalgas era inevitable, ella por su parte me entrenaba muy bien incluso en poco tiempo pude derribar a algunos de los que ella me indicaba cuando entrenando subia al ring a demostrar progreso.

Al cabo de 6 meces era hora de pasar a pasarelas extranjeras como muchas veces antes lo había hecho, pero antes de irme decidí invita a mi entrenadora como la llamaba a pesar de la burla de los demás.
El viernes llegue a el gym vestido de traje y en mi Mercedes benz que había ocultado para no ser presa de exclusiones en el barrio, cuando entre todos me miraban y le dije viéndola como siempre con mirada de respeto, -hola entrenadora hoy no puedo entrenar pero he decidido que quiero invitarte a salir si tu así lo quieres- esta ves su mirada no era de desprecio, era una verdadera furia, los compañeros alrededor se burlaban de los dos como nunca lo habían hecho, incluso el entrenador tenía lagrimas en los ojos por la risa.
Asombrado no quise desistir y le pregunte firme –¿a que hora paso por ti?- aún se reían cuando, ella, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad comenzó a hablar mientras yo separaba un pie por si tenia que esquivar si izquierda, pero lo que dijo me dejo helado –a las 9 aquí mismo-.

Cuando Sali de ahí no podía esperar a ver que había tras esa ruda chica, fui a cambiarme de traje y a escoger una mejor camisa, llegada la hora de la cita entre al gym vacío y me di cuanta que no había nadie, entendí de pronto que me había plantado.

Di media vuelta decepcionado, pero me detuvo una luz cenital (desde arriba) que iluminaba el ring, ella salía con los guantes puestos en las penumbras y dijo
–¿en seis meces no supiste quien manda nena?-
-oye yo sólo quiero conocerte mejor- me sentía enojado por el reto, ella subió al ring y me arrojó unos guantes, me quite la camisa y subí decidido, intentaría darle una paliza aunque fuera yo quien saliera herido.

Me puse los guates sin amarrar y comencé a defenderme apenas podía asestar uno o dos cuando ella me daba 5 constante mente la abrazaba para terminar con el encuentro hasta que decidí hacer lo siguiente, la abrace y aún cuando esperaba recibir un cabezazo intente besarla ninguno traía protector bucal axial que sería más arriesgado si conectaba en la boca, lo intente varias veces y recibí mas de un cabezazo hasta que lo logre arrinconándola contra una esquina pude besarla ala fuerza, por un momento se siguió resistiendo pero después contesto el bezo, fue un beso largo como de película, pero luego me golpeo en los costados para que la soltara, estaba decidido, me quite sólo un guante y la agarre fuerte de nuevo contra la esquina me pisó para que la soltara pero al darle vuela le deje sentir el bulto de mi pene restregándolo en su trasero –suéltame- dijo nuevamente enojada pero no lo hice, antes con la agujeta que tenia aún del guante puesto le amarre las manos a la esquina y la deje indefensa de las manos enpinada para mi.

Le baje el pantalón y ví una linda tanga deportiva, -no tienes el valor nena, aun no estoy muy enojada así que aún puedes salvarte si me dejas- no la escuche y eche un paso hacia atrás tomando impulso al manotazo que le daría en la nalga, la nalgada resonó en el gym y le dejo una marca de dedos en el trasero ella se inclino un poco y le baje la tanga, no se resistió –metemelo nena, metemelo- decía le baje el pantalón y le puse el pene entre las nalgas y le dije –ahora soy tu papi !!!!dimelo!!!!- le dije mientras nuevamente golpeaba su trasero, ella gimió y me dijo
–mételo papi-
-por favor pídelo- dije yo
-Si por favor mételo papi por favor-
Comencé a meterle la verga dura y ella a retorcerse muchísimo y a gemir como loca sentía como su piel suave se excitaba y transpiraba sexo, le estruje los senos purismos y acaricie su clítoris así empinada le arranque lo que tapaba sus tatas y le solte el cabello que bañaba de negro su espalda era largo casi a la cintura y negor precioso brillaba muchísimo eso le encanto -si papi así gracias papi- decía
Luego le saque la verga y la puse sobre sus rodillas, la gire sobre su eje sin des amarrarla y con la verga delante de su boca comenzó a chuparla pero la detuve, -solo quería lubricarla le dije- nuevamente la puse en posición empinada y le abrí un poco el ano, ella trato de safarse y de detenerme pero sólo consiguió otro gran manazo en las nalgas.
-no por ahí, no quiero eso duele-
-no me importa perra o te lo meto a fuerza- y si fue, con el poco lubricante que le puso con su boca se lo empujé hacia adentro y siguió entrando, más duro le di mientras le golpeaba el trasero, alfil comprendió que seria imposible safarse e hizo lo posible por disfrutar –perdona papi decía quiero más papi- cuando hubo pasado rato sentí que me venia y me detuve se la saque y nuevamente la puse sobre sus rodillas frente a mi, desde arriba veía como lamía poco apoco el pene y sus manos rojas por lo amarrado en lo alto hacían que los senos se vieran una más grandes desde arriba de donde yo la veía, lamió mi pene completo y le deje caer muchísimo semen en su cara mientras decía fuerte –gracias papi gracias, cuando terminamos la des amarre y se dejo caer exhausta en el ring, fuimos juntos a las regaderas y me bañe sin vernos ni hablar nada – te espero afuera- dije sin muchas esperanzas de respuesta y salí.

Al verla salir del gym no la reconocí, traía una faldita chiquita blanca que terminaba en encaje, y una blusa que solo tenia un tirante al hombro, parecía que fuera las modelos con las que comparto pasarela su cabello negro se veía magnifico en su hombro, subió al coche y me miro.
De repente me tomo por el pene como si me lo fuera a arrancar sobre el pantalón y me dijo, -esto es mío ahora, y en el gym sigo siendo entrenadora ok- asentí con la cabeza, luego se recargo entre mi hombro y pecho como los niños que buscan un abrazo y sus manos sobre su pecho, me dijo sonriendo -Mellamo Laura ¿y tu?¿Adonde vamos a ir hoy? Estas muy muy guapo ¿sabias? Me encantas- me quede sin palabras sonreí y me di cuenta que empezaba algo muy bueno.

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