Mi perro me desvirgo – Relato erotico

En este relato cuento cómo me desvirgó mi perro pastor alemán.

Hola, soy una chica de 24 años que siempre ha sido muy, diriamos, morbosa, o por lo menos mas imaginativa que las otras chicas de mi edad…

Desde que recuerdo me han atraido las pollas, y no perdia ocasión de poder ver alguna otra, aunque era difícil. Lo mas facil era en casa, ya que tengo un hermano dos años mayor, y mi padre siempre ha andado en calzoncillos por casa, asi que no era difícil pillarles cambiándose o en el baño.

Enseguida empece a liarme con chicos. Siempre fui a colegio mixto, y no era difícil perderse con algun chico. La primera polla que toque era de un tio de 15 años, y yo tenia 12. Nos liamos en una fiesta, y en una habitación de la casa el tio se la saco después de que yo lo magreara. El chico me pidio que se la tocara, pero no quise pasar de alli.

Poco después empece a enrollarme con chicos y a sobarles y dejarme sobar, pero cuando se pasaban un poco, los cortaba. Una amiga mia incluso ya habia follado, y decia que estaba muy bien, asi que me moria de ganas de probar. Estaba cansada de hacerme dedos. Otras chicas se habian metido bolígrafos y zanahorias y eso, yo lo habia intentado, pero no habia pasado de meter tres o cuatro centímetros. Me hacia daño.

Un dia estaba en casa sola, en mi cuarto, viendo unas fotos de tios en internet. Solamente «trasgo», el perro de la familia, estaba tambien en casa. Yo nunca lo habia mirado como a un macho, lo mismo que a mi hermano. Me habia fijado en sus huevos y alguna vez le habia visto media verga empalmada, muy roja. Me gustaba verle, pero nada mas, como a mi hermano y a mi padre.

Ese dia yo estaba en mi habitación, con la puerta abierta, sentada en una silla ante mi ordenador y sobandome el coño. Trasgo entro y se sento mirándome. En un principio me corte, pero segui sobandome despacio, con el perro moviendo la cabeza observando mis movimientos. Yo me fije en sus huevos y en la funda de su verga. Los huevos los tenia grandes y negros, con vello pero sin pelos largos, y parecian bastante firmes, duros. La funda era clara (Trasgo es un pastor aleman), con pelos en la punta, donde se adivinaban gotas de meada y saliva.

Trasgo empezo a olfatear mis fluidos, y se acerco levantándose. Yo no me asuste, ya que conocia muy bien al perro. Le deje que me oliera, pero saco la lengua de improviso y me dio una lamida que me dejo helada. Un escalofrio me recorrio entera. Habia oido hablar de chicos que habian lamido la raja de amigas mias, pero a mi no me lo habian hecho. Senti como mi vagina se abria, como si un deseo enorme de sentirme poseída, incluso los labios parecian mas blandos, la lengua los abria sin problemas.

Quite las manos y me abri totalmente, dejando a Trasgo que me lamiera y oliera a conciencia. El perro parecia muy atraido por el nuevo olor, y yo no dejaba de sentir una serie de cosas que me estaban poniendo a mil. Me decidi a probar la dureza de sus huevos, y le lleve una mano alli. Trasgo se quedo quieto, dejo de lamerme, como extrañado. Le pase los dedos por los huevos con suavidad, para que no tuviera miedo. Parecia que le gustaba, y lo mismo ocurrio cuando fui recorriéndole la funda de la verga con los dedos, hasta la punta. Dentro parecia haber algo duro, y se lo sobe como si lo pajeara. Al momento vi como empezaba a asomar la punta roja, en forma de gancho, que ya habia visto otras veces.

Era muy roja, con venas, y continuaba desenfundando mas pedazo. Yo en la funda le notaba un bulto al final, que se iba desplazando, asi que le sobe con cuidado para no hacerle daño. Al final asomaban unos diez centímetros, finos como un dedo (trasgo era un cachorro de tres años), muy humedos y con la punta muy afinada. Me imagine que entraria mejor que la de los tios, cuyos capullos eran mas gruesos y menos afinados.

NO se como lo hice, imagino que totalmente ida de lo caliente que estaba, pero me fui situando debajo de el a cuatro patas. El perro estaba parado, como mosqueado con mis movimientos. Cuando lo tuve encima me levante, de tal manera que su pecho quedo contra mi espalda, y su verrga a la altura de mi culo, aunque me tuve que abrir mucho de piernas. El perro mantenia la verga empalmada, pero no se movia, asi que se la agarre y me la dirigi a la entrada de la vagina. Como no se movia, yo controlaba como entraba. Me meti unos cuatro centímetros sin problema, ya que estaba muy lubricada. Habia tenido pocas pollas dentro, incluso mucho mas gordas, pero aquella me ponia a cien.

Note como empezaba a hacer tope con algo. Mi himen se interponia en la clavada de trasgo, asi que el perro se quejo con un gemido por la presion que estaba ejerciendo con su verga en mi virgo. Un instante después parecio que se me abrieran las entrañas. El perro debio soltar algo de lubricante, de tal forma que entraba con mas suavidad. Note como los centímetros de verga se abrian paso en mi coño. El perro, al notar la humedad y la presion, empezo a moverse torpemente, sacando la verga de un movimiento al desmontarme de golpe.

Me hizo daño, la verdad, y me queje, tocándome la raja. El perro se me tiro, literalmente, encima. Me entro desde atrás, y me pillo por sorpresa. Senti inmediatamente su verga en mi mano, buscando la entrada otra vez. La volvi a situar y controle la entrada con la mano. Entraba ya bastante bien. Estaba dejando que me metiera la verga, cuando deduje que ya no quedaria mucho. Enseguida la funda hizo tope con mi conejo.

El perro empezó a pegar unas enculadas muy fuertes, y yo me lo estaba pasando en grande. Cada vez me sentía mas a gusto, con la vagina a punto de explotar. Me la sobe con los dedos y me quede alucinada de lo abierta que la tenia. La verga había crecido, y su grosor no podía abarcarlo con mis dedos. El conejo empezaba a dolerme, y me sentía llena de polla y de líquidos, e intente zafarme del perro.

Trasgo noto que me empezaba a mover y me agarro mas fuerte con sus patas delanteras por la cintura, metiéndome su rabo con mas rapidez todavía. En unos instantes el coño me empezó a hacer daño de verdad, incluso cuando el perro dejo de moverse tras la corrida, ya que note como la vagina volvía a dilatarse un poco, tanto por la bola que me había dejado dentro como por la lechada que me había soltado.

Yo sabia que se quedaban enganchados, pero me asuste un poco. Trasgo lo noto y me desmonto pasándome una pata por encima. Nos quedamos enganchados culo con culo, y me hizo un daño inmenso. Me queje y el se asusto, asi que intento zafarse en el momento. Llego incluso a arrastrarme, el cabrón, con el botón dentro de mi coño, hasta que se solto haciendo un ruido como de vacio. Yo casi pierdo el sentido del dolor que tenia. Pasados unos momentos me recupere un poco, llevándome las manos al coño. Lo tenia tan abierto que se veía un agujero perfectamente en el centro. Lo tenia muy dilatado, y me rezumaban continuamente fluidos, que deduje que seria semen y lubricante del perro. Trasgo se lamia la verga en el suelo de la habitación. Como había crecido. Mediría unos 20 cms, y la bola me pareció enorme. Nunca había visto una verga tan grande.

Pase mucho miedo pensando en que el coño se me quedaría ya abierto, pero al cabo de unos días ya me encontraba bien del todo, parecía que no había pasado nada. Me estuvo saliendo semen del perro unos días por la vagina. Me encontraba las bragas mojadas de esperma, que casi delatan mi aventura a un amigo con el que folle poco después.

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